viernes, 19 de octubre de 2012

Incursiones armadas minaron la expresión comunitaria en la comuna 13


Un enorme daño sufrieron los procesos comunitarios de la comuna 13 de Medellín por el conflicto entre guerrilleros y paramilitares, así como por las operaciones de la fuerza pública entre los años 2001 y 2003. Amenazas, desplazamientos, desapariciones y asesinatos, fueron varias de las agresiones contra las organizaciones comunitarias, culturales y juveniles de ese sector del occidente de la ciudad.

De ahí que, en desarrollo de la Comisión Internacional de Esclarecimiento realizada en Medellín entre el 16 y el 18 de octubre de 2012, varios participantes llamaran la atención sobre el papel que debe jugar el Estado en la recuperación de la vida comunitaria, la solidaridad, la confianza en el otro y la reorganización del trabajo colectivo.

Justamente la destrucción del tejido social fue una de las afectaciones que más preocupó a los comisionados: Santiago Corcuera Cabezut, Méxicano; Carlos Fazio Varela, Uruguayo; Elias Guillermo Levi, Argentino; Helen Mack, Guatemalteca; Luz Marina Monzón Cifuentes, Colombiana; y Michael Reed Hurtado, Colombiano; como lo dejaron claro en el informe preliminar de la comisión.

“En quinto lugar, la comisión llama la atención que además de los daños causados a las víctimas y sus familiares, la violencia ejercida contra la población de la Comuna 13 implicó destrucción social. Igualmente, generó un estigma sobre las víctimas para justificar la violencia en contra de ellas. Sus familiares piden que su reputación y su buen nombre sean restablecidos y que se reconozcan las violaciones cometidas. Recuerda la comisión que la condición de víctima es independiente del quehacer de las personas. El temor y la zozobra que se implantaron mediante la arbitrariedad de las fuerzas oficiales y paramilitares, y la de los grupos guerrilleros acallaron procesos sociales y restaron o anularon autonomía a la expresión comunitaria. El efecto coercitivo de la violencia sigue siendo palpable. Sigue el terror. Continúa el miedo paralizante, disciplinador, como resultado de técnicas de guerra psicológica.” Informe preliminar de la Comisión Internacional de Esclarecimiento[i]

Sobre esta problemática no es exagerado señalar que el daño es enorme, si se considera que las organizaciones colectivas tuvieron un papel crucial en la conformación y consolidación de la vida comunitaria en la comuna 13.

“El origen de la Comuna 13 se remonta a la década del setenta, cuando principalmente por efecto de la guerra, llegan del campo a la ciudad corrientes de población de diferente procedencia, las cuales experimentaron tempranamente formas de integración vecinal pero no compartían mayores referentes de integración a la ciudad y mucho menos a la nación.” El mito de la pacificación en la comuna 13, tras 10 años de la Operación Orión[ii]

Para entender con mayor amplitud los daños individuales y colectivos que sufrieron los habitantes de esta comuna y principalmente los líderes sociales; la agencia de prensa del Instituto Popular de Capacitación entrevistó al psicólogo de la corporación AVRE, Óscar Gómez, quien ha trabajado con varias víctimas de las incursiones paramilitares y de las operaciones de la fuerza pública en la comuna 13.

Óscar ¿Qué daños individuales y colectivos han sufrido los habitantes de la comuna 13 de Medellín a causa de las operaciones militares y las agresiones armadas de los grupos ilegales?

Yo creo que la Operación Orión, más las otras operaciones y la incursión paramilitar generaron una serie de daños que técnicamente los conocemos como daños integrales. Primero hubo daños individuales, o sea el aspecto psicológico y de salud mental de las personas fue afectado; porque se generó tristeza, miedo y desconfianza. Eso lo hacían los grupos armados para romper las relaciones sociales y los tejidos de solidaridad.

También hubo daños a nivel colectivo. Una cosa que descubrimos, haciendo el inventario de daños, fue que todas las organizaciones juveniles fueron arrasadas, por el asesinato, la desaparición o la tortura de sus líderes. Eso parte de la orden de que no se vuelvan a reunir, de que no estén agrupados o de que no existan esos espacios.

Pero por otro lado lo que también descubrimos fue la intervención de los paramilitares en el copamiento de los espacios sociales y comunitarios, también pusieron gente dentro de las juntas de acción comunal. Eso lo hacían con el propósito de poder dominar y controlar esos espacios.

Para nosotros ese impacto que hay a nivel colectivo es gravísimo, porque esta era una comuna que vivía de los espacios sociales y de solidaridad, de un vecino que ayuda al otro o de una comunidad que se preocupa por los habitantes.

Entonces, tanto con estas operaciones militares como con el control paramilitar, lo que se logra es romper eso, romper esos espacios de solidaridad, esos lazos, ese tejido social… Y lo rompen obviamente con el proceso de que ellos puedan instaurar su autoridad, su “legitimidad”, que sean ellos a quiénes se recurre para resolver los problemas de convivencia. Eso es quitarle autonomía y autodeterminación a la sociedad.

O sea, esta comuna representaba ideales alternativos de desarrollo, de relacionamiento, donde la solidaridad y la exigencia de derechos sociales, de vivienda, de salud y de servicios públicos, los pedían. O sea no era una cuestión del pago sino de que colectivamente todos tenían que tener eso. Obviamente eso representa un ideal político de libertad, de democracia de alguna manera. Entonces todos estos daños tienen que ver con afectar a las personas pero también con afectar ese proceso colectivo y comunitario.

En el trabajo que han realizado con las víctimas de la Comuna 13, ¿qué han encontrado 10 años después de la Operación Orión? ¿Cómo se sienten las víctimas?

Nosotros estuvimos haciendo talleres e hicimos unas entrevistas en profundidad a 15 personas, como para recoger en profundidad cuáles eran los impactos. Una cosa que nos impresionó fue que todas estas personas tenían un nivel de sufrimiento emocional enorme. Eso se expresaba, por un lado, en todos los problemas de salud física que tenían; derivados en problemas gástricos, del corazón y de presión alta, que se habían derivado de estos hechos de violencia. Eso las afectaba, les disminuía su capacidad.

Otra cosa que notamos ahí fueron todos los problemas de las fracturas familiares, de las peleas, de las tensiones… Porque son cosas de las que no se puede hablar y, si no se puede hablar, las cosas se expresan de otra manera: con la tensión y con la rabia. O sea están muy afectadas.

Y a muchas de ellas cuando uno les preguntaba ¿cómo era su vida antes de la ocurrencia de estas operaciones militares?, planteaban una vida social muy activa, con mucho liderazgo. Entonces después de estas operaciones, con esas afectaciones en su salud mental, habían perdido el liderazgo. O sea no sólo era un problema de ellos sino que ellos también representaban a una comunidad, entonces ahí también se perdía el liderazgo de una comunidad.

Lo otro que se planteaba, y que las personas pedían, era que había un nivel muy básico de sobrevivencia, todos tenían que sobrevivir con lo mínimo, no tenían  para comer, para vivir, para educación… No lo tenían porque lo habían perdido, porque antes eso lo resolvían con la comunidad, pero ahora no tenían la comunidad a la que habían recurrido, entonces quedaban solos en su esfuerzo por buscar educación, vivienda, etc.

Y una cosa que pedían mucho era la atención psicológica y en salud en especial, porque la mayoría de síntomas tienen que ver con la salud corporal, pero eran derivados obviamente de la tristeza, de la depresión y de no haber podido elaborar muchos duelos en muchos de los casos.

¿Hubo deficiencias en la atención psicológica a los habitantes de en la comuna 13, luego de la Operación Orión, o en realidad ese servicio nunca se prestó?

No, no accedieron, no existió. Porque como las autoridades consideraron que ahí hubo una operación legal, entonces por eso no había que reconocer lo qué había pasado y cómo había afectado eso a la comunidad. Por eso también fue muy difícil para los habitantes, en especial para las mujeres, porque han sido quienes han tenido que sobre llevar los hechos.

Para finalizar, ¿qué tan afectado ha resultado el territorio en la comuna 13?

El ataque al territorio tiene algo abstracto, o sea están las personas, pero las personas habitan un territorio y construyen una simbología en ese territorio, sobre todo en los espacios comunitarios y sociales. Eso ocurría cuando a las personas les prohibían reunirse y cuando esos espacios colectivos eran copados por los paramilitares; o sea, donde la gente se reunía ahora estaban los paramilitares cometiendo crímenes. Eso era perder los espacios colectivos y comunitarios.

Y algo que a mí me impresionó, y que quisiera agregar, fue que antes en la comuna 13 nos decían que si alguien tenía problemas todos buscábamos cómo solucionarlos; ahora ya no, es muy difícil o son grupos más pequeños los que se ayudan, pero ya no es como antes. Y ese ya no es como antes es lo que ellos decían: “La vida cambio y es ahora yo tengo que ver cómo puedo salir adelante.” Antes el salir adelante era una noción de todos y ahora es una noción más individual.

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  • El mito de la pacificación en la comuna 13, tras 10 años de la Operación Orión





[i] Corporación Jurídica Libertad, 2012, “Informe preliminar de la Comisión Internacional de Esclarecimiento” Sitio Web: Corporación Jurídica Libertad, actualizado a octubre de 2012, disponible en: http://cjlibertad.org/index.php?option=com_content&view=article&id=639:las-victimas-tienen-la-palabra&catid=70:soy-comuna-13&Itemid=103

[ii] Instituto Popular de Capacitacion, 2012, “ El mito de la pacificación en la comuna 13, tras diez años de la Operación Orión” Sitio Web: blog agencia de prensa IPC, actualizado a octubre de 2012, disponible en: http://prensaipc.blogspot.com/2012/10/en-medio-de-nuevos-conflictos-la-comuna.html

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